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La mona de pascua

Origen y significado de la mona de pascua 

La mona de pascua, de pastel con huevo duro típico del final de la cuaresma a auténticas obras de arte hechas con chocolate.

El origen de la mona de pascua no está muy claro, ya que existen varias celebraciones alrededor de este dulce que podrían considerarse válidas. Lo que sí es cierto es que la mona de pascua es el dulce más típico de la Semana Santa.

En sí el origen etimológico de la palabra mona también es muy confuso y está construido bajo muchas hipótesis. Algunas teorías afirman que proviene del término árabe “munna”, que significa “provisión de la boca”, y correspondía al regalo de agradecimiento que les entregaban los sirvientes moriscos a sus señores al inicio de la primavera. Otras dicen que proviene del término latino “munda”, que eran unas paneras con dulces que los romanos ofrecían durante el mes de abril a la diosa Ceres. Incluso esta misma teoría tiene variaciones, ya que otros señalan el término “munda” para hacer referencia a un tipo de pan decorado con huevos regalado como símbolo de amistad. Y, por último, hay una teoría que nos retrotrae a los tiempos de la Grecia antigua, en concreto a una fiesta griega dedicada a la diosa Artemisa llamada “muniquies”.

De donde viene la tradición de la mona de pascua

Existe mucha controversia también alrededor de la tradición cultural y procedencia de la mona de pascua, pero la idea más extendida parece ser que es una costumbre de origen pagano que el cristianismo adoptó como suya.

Más allá del origen en sí, lo que está claro es que era una fiesta relacionada con la llegada de la primavera y el renacimiento de la vida, relacionándolo así con la muerte de Jesús en Semana Santa y su resurrección en pascua. Durante ese periodo, la iglesia católica dictaminó el ayuno y la abstinencia de varios alimentos, incluidos los huevos que guardaban cocidos para que no se echaran a perder. Al acabar la cuaresma, para celebrar el renacimiento y terminar con esta abstención se cocinaba ese típico bizcocho, con el huevo duro por encima que habían almacenado durante ese periodo. He aquí la aparición de la mona de pascua.

¿Qué día se come la mona de pascua?

En España, sobre todo en la zona mediterránea, la mona de pascua se come al final de la cuaresma, el lunes de Pascua, concretamente el día después del domingo de Resurrección. Este día durante siglos ha sido el más esperado, porque con este pastel se le ponía fin al ayuno de la Semana Santa, tanto es así que ese lunes ha acabado llamándose “el día de la mona”.

¿Hasta qué edad se regala la mona de pascua?

Al inicio de esta tradición la mona de pascua era una torta coronada con azúcar y con el mismo número de huevos que años tuviera el niño, siendo doce la cifra máxima de huevos. Por lo tanto, la mona de pascua se regalaba hasta cumplidos los doce años, coincidiendo así con la confirmación. En la actualidad al parecer esa fecha no tiene fin, el padrino sigue regalando, o no, sin límite hasta que le apetezca.

¿Quién regala la mona de pascua?

A pesar de toda la evolución que ha sufrido esta tradición, siguen siendo los abuelos o los padrinos quienes regalan la mona de pascua a sus nietos o ahijados el domingo de Ramos después de la misa. Dependiendo de las familias, son ellos mismos quienes van a recoger la mona a casa de los padrinos. Hoy en día, también se regala el mismo lunes de Pascua.

¿Qué es la mona de pascua?

La mona de pascua en sí misma es un bizcocho de forma redondeada, hecho de harina, huevo, azúcar, sal y decorado con un huevo duro, típico de la Semana Santa. En realidad, es un alimento muy característico de la pastelería española, especialmente en Cataluña, donde ha ido evolucionando a través de los años. En la región de Murcia y la Comunidad Valenciana seguimos encontrando ese bizcocho como la mona de pascua original.

Huevos de pascua de chocolate

La tradición de los huevos de pascua también se remonta a costumbres paganas, donde el huevo estaba siempre ligado a la llegada de la primavera, a cultos de fertilidad, esperanza y renacimiento. Con la llegada del cristianismo este símbolo se adaptó de algún modo a la resurrección de Jesús, guardando ese paralelismo con el sentido del huevo como renacer.

Cuando llegaba la pascua, época en la que los católicos permanecían en abstinencia por la cuaresma, como solución para conservar la abundancia de huevos durante ese tiempo, los cristianos católicos los cocían, bañaban con una cera, guardaban y regalaban a los seres queridos como objetos preciados el domingo de resurrección. De ahí su nombre “huevos de pascua”. Con el tiempo esos huevos se empezaron a pintar y decorar, costumbre que todavía persiste en algunas casas.

Más tarde, llegó el chocolate desde América y en Europa, Francia en concreto, empezaron a elaborar huevos a base de chocolate. Esta costumbre se popularizó muy rápido en España, dando paso a los actuales huevos de pascua de chocolate.

Conejos de chocolate de pascua

A simple vista siguiendo el origen de la tradición, los conejos de chocolate de pascua no cobran mucho sentido. Sin embargo, el conejo al igual que el huevo también es símbolo de fertilidad y fecundidad en algunas culturas. Esta simbología ayuda a relacionarla con los huevos de pascua.

A pesar de guardar esta relación, los conejos de pascua como regalo también tienen varias versiones. La idea más difundida es que los propios niños creían que los huevos de pascua los escondían los conejos de Semana Santa la noche del domingo de resurrección. Esta tradición estaba muy arraigada en Reino Unido, donde los niños durante el lunes de pascua jugaban a cazar los huevos.

Existe otra leyenda donde se explica que un conejo presenció la resurrección de Jesús. Para avisar a todo el mundo de lo que había presenciado, el conejo llevó consigo un huevo decorado como símbolo del renacimiento. A partir de ese momento, cada año el conejo llevaba huevos para rememorar ese acontecimiento.

Con la llegada del chocolate, el conejo no tardó en convertirse en el actual conejo de chocolate de pascua.

Figuras de chocolate de pascua

Aunque los huevos de pascua, los conejos de chocolate y el típico bizcocho de crema quemada, chocolate o nata sean los elementos principales de esta tradición, se han ido añadiendo decoraciones de plumas multicolor, pollitos, anises plateados y huevos de todos los colores por encima.

Más allá de estas monas tradicionales, en Cataluña y Baleares las monas de pascua siguen en constante evolución. Año tras año, los maestros pasteleros se superan ofreciendo figuras de chocolate súper arriesgadas y haciendo las delicias de grandes y pequeños. Por lo tanto, poco a poco los huevos de chocolate se han ido convirtiendo en figuras de chocolate en forma de casita, perros, aviones, balones de fútbol o de los personajes más aclamados por el público infantil. Otros pasteleros, en cambio, dejan volar su imaginación haciendo del chocolate un elemento artístico, diseñando monas de pascua que están a otro nivel, no solo en el aspecto delicioso si no en el precio.