Los profesionales recomiendan no dar agua al bebé, al menos, hasta cumplir los seis meses, tanto para aquellos alimentados con pecho como para los que toman fórmula adaptada.
El menor de seis meses que es amamantado a demanda "no necesita ningún otro líquido, ni agua, ni infusiones", afirma el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP), ni siquiera en los meses de mucho calor.
En el caso de los bebés alimentados con lactancia artificial, se deberá utilizar agua libre de gérmenes y pobre en minerales a la hora de preparar los biberones.